El invierno es una temporada maravillosa para lucir tus joyas más elegantes, pero también es una época en la que debes tener especial cuidado con ellas. El frío, la humedad, las lluvias y la nieve pueden afectar tanto a las piezas delicadas como a las más resistentes, por lo que es fundamental seguir ciertos cuidados para asegurarte de que tus joyas se mantengan en perfecto estado. Aquí te ofrecemos algunos consejos prácticos sobre cómo cuidar tus joyas durante los meses más fríos del año.
1. Protege tus joyas de la humedad y la nieve
Uno de los mayores enemigos de las joyas en invierno es la humedad, especialmente en lugares donde la nieve se derrite o cuando las temperaturas bajan por debajo de cero. El contacto constante con la humedad puede causar manchas en los metales, oxidación en el caso de la plata, y afectar a las piedras preciosas, especialmente aquellas más sensibles como las perlas.
Para evitarlo, retira tus joyas antes de salir al aire libre en días lluviosos o nevados. Si vas a estar cerca de la nieve o en ambientes muy fríos, lo mejor es guardarlas en un lugar seguro antes de abrigarte. Las joyas de oro, plata, y metales como el platino son más resistentes, pero aún así es importante no exponerse durante largos periodos a la humedad extrema.
2. Guarda tus joyas de manera adecuada
Una vez que llegues a casa después de un día frío y húmedo, asegúrate de guardar tus joyas correctamente. No las dejes sobre superficies como lavabos, mesas o el vestidor, donde podrían rayarse o perderse fácilmente. Lo ideal es guardarlas en un estuche de joyería acolchado o en una caja individual con compartimentos, especialmente si tienes varias piezas finas o de gran valor.
Si tienes joyas de plata, elige estuches que estén forrados con materiales suaves, como el terciopelo, para evitar que se rayen. También puedes considerar bolsas de terciopelo o de tela anti-humedad, que ayudan a protegerlas del contacto directo con el aire y evitan la oxidación.
3. Evita el contacto con productos químicos
El invierno es una época del año en la que muchas personas usan productos como cremas hidratantes, lociones o perfumes para contrarrestar la sequedad de la piel. Sin embargo, estos productos pueden dañar las joyas si entran en contacto con ellas, especialmente con las piedras preciosas o los metales más suaves como la plata y el oro.
Es recomendable aplicar tus productos de cuidado personal antes de ponerte las joyas. Deja que se absorban completamente y asegúrate de no rociar perfume directamente sobre ellas. También es importante no usar joyas cuando te estés aplicando productos de limpieza o detergentes, ya que estos pueden dañar tanto los metales como las piedras preciosas.
4. No uses joyas al hacer ejercicio o practicar deportes
Aunque las joyas pequeñas y delicadas pueden ser fáciles de usar durante el día, es mejor retirarlas cuando hagas ejercicio o practiques deportes. El frío y la sudoración pueden afectar los metales y piedras, y los impactos o roces con otras superficies pueden dañarlas. Además, en invierno es común que las manos se enfríen y se hinchen debido al clima frío, por lo que las alianzas o anillos pueden ajustarse de manera incómoda y podría ser riesgoso usarlas durante actividades físicas.
Si eres de las personas que disfruta de actividades al aire libre como el esquí o el senderismo, también es recomendable que dejes tus joyas guardadas en casa. Las temperaturas extremas, los golpes o el contacto con el equipo deportivo pueden causar que las piedras se caigan o se dañen.
5. Limpieza regular pero suave
Es importante mantener tus joyas limpias, pero en invierno es necesario tener especial cuidado al limpiarlas. El polvo, la suciedad y la nieve pueden adherirse fácilmente a las piezas, por lo que es necesario hacer una limpieza regular. Sin embargo, debes tener en cuenta que las joyas no deben limpiarse con productos abrasivos que puedan rayar o dañar los metales.
Para limpiar tus joyas de manera segura, utiliza un paño suave y sin pelusa o un cepillo de cerdas suaves para quitar el polvo acumulado. Si es necesario, puedes usar agua tibia y un jabón suave (sin químicos agresivos), pero asegúrate de secar completamente las piezas con un paño limpio y seco para evitar que la humedad se quede atrapada en las hendiduras.
6. Revise periódicamente las joyas de gran valor
Si tienes piezas de joyería de gran valor, como anillos de compromiso o collares con piedras preciosas, es recomendable que las revises periódicamente. Las piedras preciosas o los cristales pueden aflojarse con el tiempo, especialmente si se usan frecuentemente en ambientes fríos y húmedos. Un chequeo ocasional en la joyería te asegurará que no haya piedras sueltas o daños en los cierres y engarces.
7. Usa joyas de manera inteligente en invierno
Durante los meses más fríos, no es necesario dejar de usar joyas, pero sí es recomendable adaptar tus elecciones a las condiciones climáticas. Opta por piezas más robustas y menos delicadas durante los días de mucho frío o en actividades al aire libre. Los anillos gruesos de metal, las pulseras de cuero o las joyas con acabados mate son perfectas para este tipo de clima.
En días más cálidos dentro del invierno, cuando puedas disfrutar de un poco de sol, puedes atreverte con joyas más finas y delicadas.